La Roca Los Arcos se encuentra a unas 2 horas y media de caminata por la playa en dirección sur, (caminando a buen ritmo), desde Matanzas. Es una excursión muy interesante de hacer, pues a medida que se deja atrás la bahía, se va encontrando el paseante con las diferentes y caprichosas conformaciones que van dibujando los roquerios que baña el mar. Se puede encontrar gran cantidad de conchas de moluscos de diferentes tamaños y colorido, y en ciertas épocas del año, también presencia de estrellas de mar que varan por esos lugares. La roca Los Arcos es una de tres grandes peñones que a orilla de playa, se entrelazan de manera caprichosa, generando una suerte de gran catedral de piedra que deja muy sorprendido al visitante, por su inesperada aparición en un recodo de la playa, y por la sensación de solemnidad que emerge de la piedra bruta. El ruido del mar que envuelve todo permanentemente, agrega una nota de inquietud al sitio. Se trata de un lugar para meditar, para experimentar la soledad primordial que habita la naturaleza.
Se trata de una excursión para la cual hay que contar con buenas zapatillas de caminata, (en ningún caso hacerlo con hawaianas) llevar cortaviento y por supuesto, proveerse de un buen cocaví para disfrutar frente al mar. Consejo: No dejar basura en la arena y respetar la naturaleza.
La Roca Los Arcos se encuentra a unas 2 horas y media de caminata por la playa en dirección sur, (caminando a buen ritmo), desde Matanzas. Es una excursión muy interesante de hacer, pues a medida que se deja atrás la bahía, se va encontrando el paseante con las diferentes y caprichosas conformaciones que van dibujando los roquerios que baña el mar. Se puede encontrar gran cantidad de conchas de moluscos de diferentes tamaños y colorido, y en ciertas épocas del año, también presencia de estrellas de mar que varan por esos lugares. La roca Los Arcos es una de tres grandes peñones que a orilla de playa, se entrelazan de manera caprichosa, generando una suerte de gran catedral de piedra que deja muy sorprendido al visitante, por su inesperada aparición en un recodo de la playa, y por la sensación de solemnidad que emerge de la piedra bruta. El ruido del mar que envuelve todo permanentemente, agrega una nota de inquietud al sitio. Se trata de un lugar para meditar, para experimentar la soledad primordial que habita la naturaleza.
Se trata de una excursión para la cual hay que contar con buenas zapatillas de caminata, (en ningún caso hacerlo con hawaianas) llevar cortaviento y por supuesto, proveerse de un buen cocaví para disfrutar frente al mar. Consejo: No dejar basura en la arena y respetar la naturaleza.
Un lugar precioso para ver ponerse el sol o admirar las estrellas!!!